8 de Marzo - La garganta del diablo

Camino a la Garganta del diablo

Es un nuevo día en Tilcara, dormí muy bien luego del barro y el baile de ayer. Voy a la plaza principal y conozco a unos artesanos copados que me dan consejos para afinar el cajón peruano, hacemos pulseras y pasamos el rato. Me pongo inquieto y averiguo que se puede ir a pie a la Garganta del diablo. Emprendo el camino que me dijeron es de aproximadamente dos horas y a los pocos minutos consigo que una camioneta me lleve en su caja hasta la entrada. Fue un encuentro sumamente afortunado ya que el camino era una subida constante bajo un sol imperturbable. 
Garganta del Diablo

La garganta del diablo es bastante intimidante, y con sólo mirar hacia abajo en la caída de agua se experimenta una sensación de vértigo por todo el cuerpo. 
Cascada
Más adelante me dijeron que había una cascada, la cual no me pareció gran cosa, quizás porque cae en un piso de rocas y no hay ni un mínimo de profundidad para tirarse en ella. Pero esa es mi opinión, y de todas formas un gran número de personas la visita todos los días. Me mojo la cabeza en la cascada y emprendo la vuelta. 


Esta vez decidí volver a pie, disfruto del sol, del camino ahora en bajada y del paisaje casi sin huella del hombre. Conozco a una pareja de músicos, Facundo (guitarra) y Eugenia (flauta traversa) con los que me pongo a tocar el cajón al costado del camino. Resultan ser muy buena gente y me comentan de un terreno donde les permiten acampar de forma gratuita. Esta misma noche llevaré mis cosas allá.

Volviendo de la Garganta del diablo



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